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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Las verdades del creador del Baile del Caballo

Sí, ese es el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon.

Será la canción más solicitada en este año nuevo. Difundida aquí bajo el nombre del Baile del Caballo (a la que las radios locales le agregan relinchos), Gangnam Style es el nombre del hit del momento en todo el mundo.
En solo cinco meses se convirtió en el video más visto en toda la historia YouTube. Ya se acerca a la insólita cifra de mil millones de reproducciones. 
El autor e intérprete de tanto la canción como la coreografía, Park Jae Sang, más conocido como PSY, ha sido fichado por el manager de Justin Beaver (un chico de 29 años llamado Scooter Braun que es otro personaje en sí mismo, algo así como el Midas del YouTube). Ha cantado con Madonna y Mc Hammer; ha aparecido en Saturday Night Live, y ha interpretado su éxito delante de Barack Obama.
Pero Psy no es el típico producto de la industria pop norteamericana ni tampoco de la poderosa maquinaria k-pop surcoreana. Para los estándares de ambas escenas, es un viejo: 35 años. Tampoco es precisamente un galán de telenovela coreana. Este es su sexto álbum. El primero fue multado por contenido inapropiado y el segundo, prohibido. The Atlantic reveló que había sido arrestado por posesión de marihuana y por evadir el servicio militar obligatorio de su país.
Ya mucho se ha escrito sobre cómo Gangnam Style es, en realidad, una parodia sobre los lujos del opulento distrito comercial de Gangnam, en Seúl. El 7% de todo el PBI de Corea del Sur se produce en esa zona, más pequeña que San Isidro. Una muestra: parte de la canción habla de chicas a las que les gusta mucho el café; esta es una referencia a las Doenjangnyeo, chicas que ahorran en su almuerzo lo que luego gastan en un café de Starbucks, solo para lucirse en el distrito Gangnam. Otro ejemplo: las referencias a caballos parodian las aspiraciones de jugar polo.
Durante años, bajo su amable fachada cómica de caserito de varios programas de la televisión coreana, Psy se las ingenió para retransmitir mensajes con cierta crítica social dentro de una sociedad por demás conservadora. De hecho, esta semana se ha visto en problemas en los Estados Unidos cuando la prensa desenterró una presentación suya de 2004 en la que protestaba contra la invasión a Irak y contra la presencia de tanques norteamericanos en Corea del Sur (que terminaron con la muerte de dos niñas). En el video, se ve a Psy destrozando un tanque de juguete y cantando una canción que pedía matar a los soldados gringos.
Así como su carrera no ha seguido un camino habitual, tampoco su fortuna. ¿O acaso alguien ha comprado algún disco del señor Jae Sang? ¿De dónde han salido los 8 millones de dólares en ganancias? De iTunes y YouTube, básicamente. Solo por la publicidad en su canal en YouTube, Psy se ha llevado 870 mil dólares hasta el momento.
Además, las parodias, homenajes y otros usos de su canción también le aportan.  ALT1040 explica cómo funciona: “Google detecta cuando un vídeo infringe una licencia de copyright. Aquí, hay dos caminos: que el intérprete (o casi siempre, su casa discográfica) pidan que ese contenido se remueva, o permitir que siga en línea y obtener una tajada de los ingresos por publicidad con YouTube.” En el segundo camino todos ganan: el usuario puede seguir usando libremente la música y Psy capitaliza ese uso directamente. ¿”Piratería”? ¡Bienvenida! Por ponerlo en sencillo: digamos que la Apdayc coreana no tiene nada que hacer aquí.
Ya lo sabe. Cuando, este año nuevo, intente hacer los pasitos del caballo, piense en lo apropiado que resulta despedir el 2012 con una canción que representa todas las posibilidades que el presente le ofrece a la industria del entretenimiento y que anuncia los cambios que están por llegar.